En un movimiento sorprendente, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció a través de las redes sociales que planea imponer una tarifa del 100% en las películas producidas fuera de los Estados Unidos, etiquetando la producción de películas extranjeras como una "amenaza de seguridad nacional".
"La industria del cine en Estados Unidos está muriendo una muerte muy rápida", afirmó Trump. "Otros países están ofreciendo todo tipo de incentivos para atraer a nuestros cineastas y estudios de los Estados Unidos. Hollywood, y muchas otras áreas dentro de los Estados Unidos, están siendo devastadas. Este es un esfuerzo concertado de otras naciones y, por lo tanto, una amenaza de seguridad nacional. Es, además de todo lo demás, mensajes y propaganda! ¡Arancele en todas y cada una de las películas que se producen en nuestro país que se producen en tierras extranjeras.
La viabilidad y los detalles de tal tarifa siguen sin estar claros. Muchos países, incluidos el Reino Unido, Australia y varias naciones europeas, ofrecen incentivos fiscales que hacen que la filmación en el extranjero sea económicamente atractiva para las producciones internacionales.
Además, las películas a menudo se encuentran en lugares extranjeros para proporcionar al público entornos únicos y exóticos. El impacto de esta tarifa en franquicias globalmente populares como James Bond, John Wick, Extracción o Mission: Impossible, que con frecuencia filman en múltiples países, es incierto. Del mismo modo, películas como la próxima F1, que se filman en pistas de carreras internacionales, podrían enfrentar desafíos significativos.
El efecto de la tarifa en las películas actualmente en producción o ya completada también es ambiguo. Queda por ver por qué las producciones de televisión están excluidas de esta política y qué repercusiones pueden surgir para las películas estadounidenses internacionalmente si otros países toman represalias contra la tarifa.